Supongamos que hay un reloj dentro de cada segundo. Que en el sol, se ocultan multitud de lunas rosas. Que los días se esconden detrás de las lilas azules o, que es de noche y el amanecer llega con zapatos de charol rojo, las manos llenas de estrellas y una trenza en el pelo. Supongamos, que no pudiésemos suponer, ni abrir una ventana al mar o, que estoy a oscuras y mirándote, me atrevo a decirte: Amanéceme, si puedes.
He encontrado tu web poetisa y estoy maravillado. mi abrazo desde Tacuarembó Uruguay
ResponderEliminarQue alegría recibir un mensaje desde Tacuarengó. Muchísimas gracias por entrar en este pequeño secreto y dejar tu huella. Pero dime por favor, ¿quién eres?
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